Un grupo de bomberos y civiles ucranianos arriesgó su vida para
evacuar a decenas de menores tras un ataque con drones rusos en Járkov.
Járkov, Ucrania — En medio del humo y los escombros, un grupo de
rescatistas ucranianos salvó a 48 niños atrapados en una guardería alcanzada
por un dron ruso. Las imágenes del operativo, difundidas por el Servicio
Estatal de Emergencias de Ucrania, muestran la tensión y el heroísmo de quienes
arriesgaron su vida para mantener viva la esperanza en medio de la guerra.
El ataque y el contexto bélico
El ataque ocurrió el 25 de octubre de 2025 en la Academia Miel, un
jardín de infantes ubicado en la periferia de Járkov, ciudad fronteriza
duramente golpeada desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
Según el Ejército de Ucrania, el proyectil fue un dron Shahed-136
de fabricación iraní, utilizado por Rusia para ataques de saturación sobre
infraestructura civil.
Durante octubre, el Centro para la Seguridad Aérea de la OTAN
registró más de 300 ataques con drones en la región oriental, una cifra récord
desde el verano. Expertos militares consideran que esta táctica busca desgastar
la moral civil y perturbar los servicios esenciales, en respuesta a la falta de
avances rusos en el frente terrestre.
Oleksandr Volobuev, el rostro del rescate
Entre los primeros en llegar estuvo Oleksandr Volobuev (43 años),
mayor general del Servicio de Protección Civil de Ucrania, con más de 20 años
de experiencia en rescates urbanos.
Su fotografía, cargando a una niña con zapatos rosas entre el
humo, se volvió símbolo nacional.
“Sabíamos que había niños dentro. No pensamos en el peligro, solo
en sacarlos”, contó Volobuev a medios locales.
“En ese momento, cada segundo contaba”.
Junto a él trabajaron más de 30 bomberos y voluntarios que
formaron una cadena humana para evacuar a los pequeños mientras el techo ardía
y el aire era irrespirable.
La operación de rescate
Los niños se habían refugiado en el sótano tras sonar la alarma
antiaérea. Sin embargo, el incendio y los derrumbes los dejaron atrapados.
Fedir Uhnenko, portavoz del Servicio de Defensa Civil, relató que
al ingresar “el horror estaba en los ojos de los niños”.
“Les decía que estarían bien. Uno de ellos me abrazó tan fuerte
que no podía soltarlo”, explicó Uhnenko.
El grupo logró evacuar a todos los menores hacia un refugio
temporal cercano. Ninguno resultó herido, aunque un adulto murió y nueve
personas sufrieron lesiones, según el parte oficial.
El riesgo del “doble impacto”
Las autoridades ucranianas alertaron sobre una estrategia rusa
denominada “doble impacto”, que consiste en atacar nuevamente el mismo lugar
para alcanzar a rescatistas y paramédicos.
Un día después del operativo en Járkov, un segundo bombardeo en
una aldea vecina provocó la muerte de un bombero e hirió a cinco de sus
compañeros.
De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW),
esta táctica busca “disminuir la capacidad de respuesta civil y generar terror
psicológico”. Rusia niega esos ataques, aunque no existen objetivos militares
cercanos al jardín de infantes afectado.
Infancia en guerra: la dimensión humanitaria
Según datos recientes del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF), más de 1,5 millones de menores en Ucrania viven actualmente
en zonas de riesgo.
“Cada ataque contra una escuela o un hospital es una herida al
futuro del país”, advirtió Catherine Russell, directora ejecutiva de la
agencia.
UNICEF ha intensificado su apoyo con programas de atención
psicológica y educación segura para las comunidades desplazadas.
La fotografía de Volobuev cargando a la niña se ha convertido en
ícono de la resistencia civil ucraniana. Para muchos, representa la fuerza de
una sociedad que continúa salvando vidas pese a la devastación.
“Solo quiero que todos los niños vivan en paz. No solo los
nuestros”, dijo Volobuev al cierre de una ceremonia en su honor en Járkov.
Su imagen, reproducida en escuelas y medios nacionales, ya se
conoce como “El héroe de los zapatos rosas”.
Más allá del rescate, la historia evidencia el costo humano de una
guerra prolongada. Los equipos de emergencia trabajan sin descanso, enfrentando
riesgos constantes y pérdidas personales.
La Defensoría del Pueblo de Ucrania estima que más de 1.100
centros educativos han sido dañados o destruidos desde 2022.
La resiliencia de comunidades como Járkov muestra, sin embargo,
que la sociedad civil sigue siendo el motor más fuerte frente a la adversidad.
Por María Quesada, CR Global News.
27 de octubre de 2025 — 09:00 h
