El músico
estadounidense y miembro fundador de Limp Bizkit murió a los 48 años tras
luchar contra el cáncer.
Por
Daniela Rojas | San José, Costa Rica | 25 de octubre de 2025
San José,
Costa Rica — La causa de muerte de Sam Rivers, bajista de Limp Bizkit, fue
confirmada como consecuencia de una larga batalla contra el cáncer, según
informó la propia banda este sábado. Rivers, de 48 años, fue recordado por sus
compañeros como “la calma en el caos y el alma en el sonido” del grupo que
revolucionó el nu metal desde la década de 1990.
La
noticia del fallecimiento de Sam Rivers fue comunicada por Limp Bizkit la noche
del sábado a través de sus cuentas oficiales en redes sociales, donde
publicaron un emotivo mensaje de despedida.
“Sam no era solo un bajista, era pura magia;
el pulso debajo de cada canción, la calma en el caos, el alma en el sonido”,
escribió el vocalista Fred Durst, acompañado por sus compañeros Wes Borland,
John Otto y DJ Lethal.
Rivers,
originario de Jacksonville, Florida, formó parte de Limp Bizkit desde su
fundación en 1994. Junto a sus compañeros impulsó un estilo musical que
combinaba rap, metal y energía punk, convirtiéndose en una de las bandas más
influyentes del nu metal.
El grupo
alcanzó fama mundial con discos como Three Dollar Bill, Y’all$ (1997),
Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water
(2000), con ventas superiores a 40 millones de copias.
(5) En el
comunicado, la familia de Rivers informó que el músico “falleció pacíficamente,
rodeado de sus seres queridos, después de una larga lucha contra el cáncer”. No
se precisó el tipo exacto de la enfermedad.
Rivers
había enfrentado problemas de salud desde 2015, cuando debió abandonar
temporalmente la banda por una enfermedad hepática derivada del consumo
excesivo de alcohol.
Según su
propio testimonio en el libro Raising Hell: Backstage Tales From The Lives Of
Metal Legends, el bajista necesitó un trasplante de hígado en 2017, evento que
marcó su recuperación física y emocional.
En una
entrevista con Loudwire, el músico relató que los médicos le advirtieron que si
no abandonaba el alcohol “moriría pronto”. A partir de ese momento decidió transformar
su vida y enfocarse en la sobriedad.
Durante
los últimos años, Rivers se convirtió en un símbolo de superación personal
dentro de la escena del metal. En 2024, durante el Festival Estéreo Picnic en
Colombia, apareció con una camiseta que decía “F** cancer”*, gesto interpretado
como una muestra de su resistencia ante la enfermedad.
El
bajista mantenía una relación cercana con sus fans latinoamericanos y había
expresado entusiasmo por la gira “Loserville Tour”, que incluía una fecha
programada en Costa Rica el 2 de diciembre.
El
anuncio de su muerte deja en suspenso la realización del concierto, mientras la
banda evalúa cómo rendirle homenaje en sus próximas presentaciones.
Rivers
fue reconocido por su técnica de bajo poderosa y rítmica, considerada una de
las claves del sonido distintivo del grupo.
Entre sus
influencias más destacadas citaba a Black Sabbath, Megadeth y Jeff Ament (de
Pearl Jam).
La
comunidad musical reaccionó rápidamente. Artistas como Corey Taylor (Slipknot)
y Fieldy (Korn) expresaron sus condolencias, destacando su aporte a la
evolución del nu metal.
Fanáticos
de todo el mundo compartieron mensajes en redes sociales con etiquetas como
#RIPSamRivers y #LimpBizkitForever.
Críticos
musicales señalan que la muerte de Rivers marca “el fin de una era” para un
género que definió a toda una generación de jóvenes.
A pesar
de los altibajos personales, Rivers logró mantenerse como una figura respetada
y querida, tanto por su talento como por su honestidad frente a las adicciones
y la enfermedad.
Su legado
musical permanece en los riffs y bajos que marcaron canciones emblemáticas como
Nookie, My Generation y Break Stuff.
Por
Daniela Rojas, CR Global News
Fecha de
redacción: 25 de octubre de 2025 – 22:15 h (CRT)
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